La fórmula jurada se emplea para traducir documentos o textos con validez jurídica ante un organismo oficial (administración pública, universidad, tribunal, ayuntamiento, etc.). El traductor jurado certifica con su firma y sello que el contenido del texto original se ha traducido fielmente. Únicamente los traductores autorizados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación pueden certificar traducciones juradas.